viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Algo ya? en caliente.

¿Algo en caliente? ¡Ahí le va! Ni tan caliente ni tan frío, nomas un tanto tantito, ¿qué  le cuento? Pues que aunque me aplique me hacen home run, sin siquiera correr las bases nomas como espectador como siempre. Pero todo bien todo fine ni tan tan ni muy muy, nomas con cheves encima, como mi carnal y Rulo. ¿Fabi, quién es, quién se acuerda? Solo los despojos de la noche y las burguers que nos fuimos a engullir aparte de la birrias y el poco tequesquite que me cargo encima, ni más ni menos ¿qué más da? En mi no ha de quedar Ladislao me asecha como un Tyler Durden a su narrador, es más fácil ahora que pensarlo dos veces.

¡Verga! ¿Que nos quieren atorar? Hazme reír más de una vez, somos 3 tu solo dos, con un beatle que fácilmente nos podemos aperrar. ¡Yepa yepa yepa! Aunque no la escuchamos rolar, las nubes esperando tornarse rojas, a lo lejos tratamos de verlas pero el amanecer aún espera sin problemas. No hay manera de que puedan chutarnos, el y yo, nosotros tenemos todo controlado en vías rápidas los chotas trullas, patrulleros ñeros, pitufos puercos segurratas no pueden vernos, también descansan en la navidad, el after y before del mejor ambiente, de la alegría, de las mejores fiestas.

Coca cola, coca-ina, metanfetamina, cigarro tabaco en nuestro cuarto, no legal, no permitido, no nos interesa.

Ladislao y yo continuamos, durmiendo despertando a diario, con dolor de cadera, con nauseas vomito y ceguera, ácido estomacal, puras tonterías y mierda porque Ladislao se fue, nunca está, no me sigue ni lo persigo pero sigo manteniéndolo vivo.

Ladislao no está.

Ladislao y yo continuamos.

¿Algo en caliente? Ladislao no quiere hablar.

Y por lo tanto yo tambor.

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