Soñé que mis padres se conocían y después de un tiempo cogían, soñé que nacía, que crecía, que se me caían los dientes y me salían nuevos. Soñé que tenía un hermano más grande que me cuidaba, y que también me hacía llorar. Soñé que me raspaba las rodillas, que jugaba fut ball con frutsis aplastados, a las traes y escondidillas. Soñé que mi padre me golpeaba, soñé que mi madre me consolaba. Soñé que aprendía a leer y a escribir, que no me gustaba la tarea, que prefería ver caricaturas y jugar vieojuegos. Soñé que era obeso, que aprendía a andar en bicicleta por mi cuenta, que me masturbaba, que adelgazaba, que crecía y me salía bello en las axilas. Soñé que tenía perros, unos morían conmigo, otros en otros lados pues eran regalados. Soñé que comenzaban a gustarme las mujeres, que pensaba en ser homosexual y me aseguraba de no serlo. Soñé que me rechazaban una y otra vez, que me deprimía y dejaba de hacerlo. Soñé que perdía la virginidad en el baño de hombres de un bar, que me convertía en amante de algunas mujeres hasta que uno de sus novios me daba una putiza. Soñé que intentaba suicidarme, que me embriagaba y drogaba, soñé que perdía el conocimiento, que me tatuaba el cuerpo. Soñé que me graduaba, que conseguía trabajo y compraba un auto y un departamento. Soñé que vestía de traje, que conocía a una mujer de la que me enamoraba y a la que le pedía matrimonio, con ella me casaba y también de ella me divorciaba. Soñé que mis padres fallecían y que dejaba de ver a mi hermano. Soñé que nunca dejaba de fumar, que intentaba ser escritor y actor sin lograrlo. Soñé que me libraba del SIDA pero me diagnosticaban cáncer de pulmón y que me daban de 4 a 9 años de vida. Soñé que iba a quimioterapias, que se me caía el cabello y el bello de todo el cuerpo, y que vomitaba todo el tiempo. Soñé que me resignaba, que me reencontraba con mi hermano y que de nuevo el me cuidaba. Soñé que tenía sobrinos y una hermosa cuñada, que con ellos vivía y que poco a poco en una carga pesada me convertía. Soñé que un día me sentía muy cansado, que en la tarde me recostaba, soñé que en la noche dormía, y que ya no despertaba.
Entonces soñé que estaba muerto, y después de eso, no recuerdo qué pasaba...
Dejemos de soñar y hagamos todo eso, aunque el final sea el mismo.
ResponderEliminarDespues de todo, quien deja de llamar a las puertas de la muerte?
Sin duda aunque usted y yo lleguemos al mismo fin donde ya no hay sueños, sus escritos quedaran, tal vez con la esperanza de inspirar a alguien mas.
Señor César, aun no le he perdido el rastro, atareada y demas hoy he recordado que habia olvidado recordar que olvidaba leer algo...
De eso tiene razón, ya no me preocupo porque no sueño más y si lo hago no puedo recordar, sin embargo aún me queda soñar despierto y en eso soy todo un experto.
EliminarQue mis textos inspiren o que al menos sirvan de guía para saber que no hacer, y si no funcionan para nada, serán testimonios de que alguna vez existí.
Damita me disculpo por el abandono, entre más cumplo años menos apto me siento para éste oficio, pero de vez en cuando soltaré palabras, algunas buenas otras malas, esperando recuperar la inspiración que alguna vez tuve,
Saludos.